lunes, mayo 26, 2008

El fin de las discográficas

Supermercados, programas de tevé y compañías de teléfono le disputan el negocio a la industria tradicional. Por qué Nine Inch Nails, Smashing Pumpkins, The Eagles y otros grandes les venden directamente a los fans.

los Smashing Pumpkins anunciaron recientemente que iban a abandonar el sistema de las grandes discográficas, se estaban uniendo a un grupo de músicos que han descubierto que pueden editar su música, conectarse con los fans y ganar más dinero sin trabajar para una de las grandes empresas discográficas. “Somos libres”, dice el cantante de los Pumpkins, Billy Corgan, que planea distribuir sus canciones directamente online. “Salimos del Purgatorio. Y estamos ansiosos por combatir en la nueva guerra de trincheras del mundo de los nuevos medios”.

El año pasado, artistas como Radiohead, Madonna, Nine Inch Nails, Eagles y Black Crowes editaron música –o anunciaron planes para hacerlo– sin una gran discográfica de por medio. La tendencia señala un cambio de pensamiento en artistas y managers: gracias a la distribución digital, sitios como YouTube y MySpace, y una variedad creciente de empresas que buscan asociarse con los músicos, las discográficas son menos necesarias que nunca.

Los Eagles, que en 2003 fundaron su propio sello, Eagles Recording Company 2, lanzaron Long Road Out of Eden exclusivamente a través de Wal-Mart en octubre. La cadena de hipermercados ofreció “un royalty que ninguna compañía podría ni siquiera igualar”, dijo Glenn Frey en ese momento. El disco doble fue vendido a un precio de descuento de 11,88 dólares en todas las tiendas y se le dio un prominente espacio en las góndolas y una campaña de promoción de 40 millones de dólares. Se convirtió en el tercer disco más vendido de 2007.

Wal-Mart ha sellado acuerdos similares con Journey y Bryan Adams. “Cuando tenés bandas ya establecidas, no se necesitan todas las cosas que una compañía discográfica ofrece: marketing, prensa, departamentos de arte”, dice el manager de Journey John Baruck, que trabaja para el manager de Eagles, Irving Azoff. “Nada más necesitás sacar el disco.” Baruck dice que las regalías que Wal-Mart le pagó a la banda son cuatro veces mayores de las que reportaría un típico contrato con una discográfica.

Trent Reznor quería lanzar el último disco de Nine Inch Nails con una disquera, Year Zero, en su website, sin protección para copia por cinco dólares y hacer que todas las canciones estuvieran disponibles para que los fans las pudieran remixar, y vender un set deluxe que incluía un libro y otros materiales. Su sello, Interscope, no se lo permitió. Luego de lanzar el disco, Reznor optó por no renovar el contrato. “Me da mucho placer estar libre para tener una relación directa con el público”, escribió en nin.com en ese momento.

En marzo, Reznor lanzó un nuevo disco de NIN de treinta y seis canciones, Ghosts I-IV, en el sitio de la banda. Cerca de 780 mil fans se bajaron el disco instrumental en una semana, dejándole a Reznor más de 1,6 millones de dólares. “En realidad, se necesitan tres cosas para hacer esto bien”, dice el manager de Reznor, Jim Guerinot. “Tenés que controlar la edición, tenés que controlar tus masters, y tenés que controlar la marca. Trent los tiene las tres cosas”. Para Guerinot, la libertad que viene con la independencia tiene un precio. “Es una enorme cantidad de trabajo. Alcanzar acuerdos de distribución en Escandinavia, Alemania, Francia, Italia, requiere una tremenda cantidad de recursos humanos.”

El año pasado, Dolly Parton y su representante, Danny Nozell, se reunieron con varias grandes compañías buscando un contrato para un nuevo disco. Descontenta con las ofertas que recibía, Parton fundó Dolly Records en 2007. “Decidí hacer un gran esfuerzo para volver a las radios country y a los charts”, dice Parton. Nozell y Parton lanzaron una compañía de música digital, Echo Music, y contrataron a un publicista independiente y a un equipo de promotores para las radios. “Tratamos de cubrir todo el mercado”, dice Dolly.

Su primer single, “Better Get to Livin’”, llegó al puesto 48º del chart country: su mejor marca en quince años. Y Parton conserva un porcentaje mayor de las ganancias que el que hubiera obtenido con un contrato con un sello. “Me queda todo a mí –dice–. Nos tomará sólo unas pocas semanas recuperar nuestra inversión.”

Los Black Crowes, que deben una gran parte de sus ingresos a las giras, estaban intentando compensar la tajada en marketing y promoción que su anterior compañía, Columbia, se llevaba. “Estábamos inmersos en un sistema, y era deprimente”, dice el cantante Chris Robinson, que fundó Silver Arrow Records para lanzar el nuevo disco de la banda, Warpaint, luego de años de frustración con las grandes discográficas. “Ahora no debemos tener cinco mil conversaciones sobre lo que nos conviene a nosotros. Sabemos lo que hay que hacer.”

Otros artistas, como Prince y Pearl Jam, firmaron contratos para un solo disco con las grandes empresas mientras editaban bootlegs y otros materiales directamente para los fans en la web. “Creo que la noción de hacer cosas específicas tiene mucho sentido”, dice Guerinot, que también representa a Gwen Stefani y The Offspring. “A la gente que hace esto desde hace mucho tiempo, a los artistas de carrera, les gusta la flexibilidad.”

La idea de editar música de manera independiente –y quedarse con una parte mayor de las ganancias– no es nueva: Jimmy Buffet lanzó en 1999 su propio sello, Mailboat Records, luego de cansarse de la política de las empresas. Ganó casi 5 dólares por disco, y facturó 44 millones en 2005, incluyendo los tours.

Las bandas más chicas, que típicamente firman con alguna compañía indie, también están encontrando la manera de brindar de manera directa su música a los fans. El dúo electro-dance Ghostland Observatory ha editado tres discos, consolidado un público nacional y una aparición en el programa de Conan O’Brien y, al mismo tiempo, también ha rechazado varias ofertas para firmar con cualquier empresa, grande o indie. “Los contratos no son lo suficientemente atractivos como para cambiar lo que pensamos”, dice el baterista y productor de la banda, Thomas Turner, que estima que el grupo ha vendido unos 50 mil discos.

La sabiduría convencional dice que los artistas consagrados pueden tener éxito fuera de las grandes disqueras, pero que las bandas nuevas –especialmente artistas comerciales que dependen de las radios– necesitan la publicidad, el marketing y la promoción que una gran empresa puede brindarles. Pero eso es menos cierto que nunca. La cantante y autora Ingrid Michaelson lanzó su álbum debut, Girls and Boys, a través de su propio sello, Cabin 24. Cuando sus canciones aparecieron en Grey’s Anatomy, las discográficas la convocaron, pero ella decidió continuar por el sendero independiente. “Las cosas van bien, y no le debo nada a nadie –dice–. Así que ¿por qué le daría las riendas a otra persona?”

Por Evan Serpick De Rolling Stone

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