sábado, junio 21, 2008

James en Barcelona.

Incansable como pocos, nuestro cronista en el viejo continente nos manda un nuevo artículo, esta vez sobre el concierto de los enormes James en Barcelona.

Decíamos que los grupos suben o bajan escalones en cada directo respecto a su público. James es de aquellos que no deja pasar ocasión de subir. Disfruté del Concierto en la Sala Razmatazz de Barcelona, muy poco recomendable para conciertos porque la acústica es bastante mala. Sin embargo, cuando el grupo es tan bueno y deja todo sobre el escenario, los problemas se disimulan.

Tim Booth empezó el concierto dando cátedra de canto con una interpretación magistral de “Top of the World”. Siguió con una joya melódica del último disco como Waterfall y entre uno y otro pusieron las bases de lo que sería el concierto. Máxima calidad musical en la interpretación, en los instrumentos empleados, con violines, pianos, trompetas, apoyando y siendo protagonistas frente a la base clásica de batería, guitarra y bajo, melódicamente inspirado y con un relacionamiento permanente con el público que hizo vivir a los pocos privilegiados que estuvimos allí, cada uno de los temas.

El disco Hey Ma, es para mi la tercera demostración palmaria que el grupo no necesita a Brian Eno para hacer o bien grandes discos o bien clásicos. En mi opinión este disco, así como el Millionaires, tienden a clásicos. Aprovecharon la producción de Eno en Laid o Seven y luego evolucionaron en su música con maestría propia. Y el concierto lo plasmó.

Se sucedieron Bubbles, Oh my Heart, Upside, Hey ma, I wanna go home, Boom boom y clásicos como Laid, She’s a star, Getting away with it all messed up, Born of Frustration, Tomorrow, I know what I am here for, Come home o Ring the Bells. Una explosión de sonido que el público agradeció. Un ida y vuelta permanente con los artistas y un concierto que fue vibrante desde el principio al fin. Tim Booth hizo maravillas con la voz y la banda no hizo menos.

Esto demuestra que el rock de Manchester no necesita rebeldes sin causa como Oasis para ser un centro de irradiación de creatividad y buena música. Viéndolos en esta sala tan reducida, sin duda dan ganas de ver también un gran concierto abierto, porque es de las bandas que puede hacerse cargo del público a toda escala. La entrada costaba un tercio que la de Radiohead. El espectáculo llenó al público no 3 sino tal vez 30 veces más. Faltaron temas que me gustan mucho. Siempre pasa, más en casos como James donde hay tanta cosa buena para tocar.

Han vuelto para seguir escribiendo su historia y la página Hey ma, quedará entre las mejores. Recomendable al 100% para quien tenga la oportunidad de verlos.

Pablo D'Angelo

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